domingo, 5 de febrero de 2012

Comentario de texto


"El eclipse" es un relato corto del narrador y ensayista Augusto Monterroso (1921-2003), de origen hondureño. Este autor es conocido por escribir cuentos y relatos breves, como el famoso microrrelato: "Cuando me desperté el dinosaurio..." 

Fray Bartolomé se pierde por la selva de Guatemala. Cuando se despierta, después de haber perdido la noción del tiempo, se encuentra apresado por unos indígenas, que le están a punto de matar. Fray Bartolomé,  intentando creer que los está engañando, los amenaza diciéndoles que si le matan el Sol desaparecerá. Pocas horas más tarde Fray Bartolomé muere. 

Esta narración está dividida en tres partes. 
El planteamiento parte desde la primera línea hasta el final del segundo párrafo. El nudo empieza en el tercer párrafo y acaba en el sexto. Y como desenlace, encontramos un único y último párrafo, en el cual nos relata la muerte de Fray Bartolomé.
El relato se nos presenta en acción lineal, se desarrolla cronológicamente, sin anacronías, ni saltos temporales, salvo cuando el protagonista rememora su pasado en España.

En cuanto al punto de vista narrativo, se trata de un narrador externo, que narra en tercera persona y es omnisciente.

En esta narración podemos encontrar dos personajes principales: el primero, es Fray Bartolomé. Es un personaje redondo, es decir, que evoluciona durante la narración. Y por otra parte encontramos a los indígenas que son personajes planos, es decir, no sabemos nada acerca de sus vidas o personalidades.

En cuanto al tiempo interno del cuento sigue un ritmo lento; ya que, la acción dura solo unas horas, sin embargo el final del relato se resuelve con un salto narrativo que omite el momento trágico en que el protagonista ya ha sido sacrificado.
El cuento está situado en un espacio verosímil puesto que Fray Bartolomé se encuentra perdido en la selva de Guatemala.

En cuanto al estilo, es admirable la capacidad de sintetizar toda una historia en tan pocas líneas. Además sorprende la habilidad del autor para mantener la tensión del relato y resolverlo con ese brusco y magnífico final.