La niña que sale en la fotografía es Anna Frank, una chica judía que nunca tuvo infancia. En la imagen tiene el pelo color negro azabache, una melena que le llega por los hombros y unos ojos intensos y la piel muy fina y pálida.
En su rostro se asoma una media sonrisa dulce y angelical. Y se encuentra sentada en una silla, junto a su inseparable diario, con los brazos entrecruzados.
Anna Frank era una chica que se refugiaba en su diario, escribiendo cada día lo que le pasaba en el sótano donde se encontraba escondida con su familia. Observadora y callada, miraba a todos sus compañeros y escribía sus impresiones en su diario.
Anna Frank era una niña celosa, sobretodo sentía celos de su hermana mayor porque su madre siempre las comparaba y Anna nunca salia bien parada. La relación con su madre era muy fría, y con su padre era todo lo contrario, se adoraban y él la mimaba.
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